Miss Mundo celebra en China su 65ª edición, con polémica incluida
Un total de 114 jóvenes bellezas de todo el mundo concursarán mañana en el Centro Corona de la Belleza -construido en 2003 expresamente para acoger la primera edición de Miss Mundo que se celebró en China- por heredar la tiara que de momento posee la ganadora del pasado año, la sudafricana Rolene Strauss.
Nueve jueces, de los que ocho son mujeres y siete son anteriores ganadoras del concurso, como la venezolana Ivián Marcos, deberán decidir quién es la mujer más bella de 2015, con el permiso del otro gran concurso de belleza del mundo, Miss Universo, que se celebra el domingo en Las Vegas (EEUU).
Es complicado hablar de favoritas, aunque en la votación por internet paralela al concurso, de la que saldrá la ganadora del público, la que más apoyos tiene por ahora es la china Lu Yuan, seguida de la ecuatoriana María Camila Marañón, de 20 años, y de la francesa Hinarere Taputu, una tahitiana de mirada turbadora.
En todo caso, nunca se puede descartar a Venezuela, el país con más reinas de la belleza del mundo (seis Miss Mundo y siete Miss Universo), cuya candidata, la rubia guanareña Anyela Galante, también se ha ganado el favor del público, al igual que la mexicana Yamelin Ramírez y la colombiana María Alejandra López.
Es la séptima vez que China acoge el concurso (tras las ediciones de 2003, 2004, 2005, 2007, 2010 y 2012), y en todas ellas menos la de hace tres años se escogió como sede el Centro Corona de la Belleza, un curioso y «kitsch» complejo hotelero formado por nueve rascacielos con forma de árbol sagrado.
En 2012, la final tuvo un escenario no menos llamativo, la «ciudad fantasma» china de Dongsheng, cerca del desierto de Mongolia Interior, una localidad construida de la nada en apenas unos años y casi vacía por falta de compradores de las nuevas viviendas, lo que la ha convertido en una de las más famosas «víctimas» de la burbuja inmobiliaria china.
En las anteriores ediciones, la política no se había cruzado en el camino de este concurso nacido en el Reino Unido, pero sí ha ocurrido en 2015, debido al activismo de Miss Canadá, Anastasia Lin.
Lin, de 25 años y nacida de hecho en China, aunque residente en Norteamérica desde los 13, ha trabajado como actriz en varias películas que han denunciado la situación de los derechos humanos en este país, y ha hablado públicamente sobre la represión y el ataque a las libertades.
Especialmente ha denunciado la persecución a Falun Gong, grupo religioso prohibido en China desde 1999, y del que ella es practicante, como una importante parte de la diáspora china en el exterior.
Ello ha motivado que China le declarara «persona non grata» y se negara a extenderle el visado para poder viajar a Sanya y participar en el certamen de mañana, aunque Miss Mundo ha prometido que en compensación sí estará en el concurso de 2016.
Lin ha denunciado que no sólo se ha quedado sin participar, sino que su padre, que vive aún en China, ha sido amenazado este año por las autoridades, hasta el punto de que su progenitor le pidió que abandonara su activismo de derechos humanos o de lo contrario tendrían que perder todo contacto.
El problema político ha enturbiado algo esta edición, lo que ha traído cierto secretismo a su alrededor, y así el complejo hotelero está cerrado a visitantes que no estén acreditados, y la organización no ha publicado este año teléfonos o correos electrónicos para poder obtener esa acreditación con facilidad.
Problemas aparte, Miss Mundo intentará conjugar un año más belleza y espectáculo, adaptarse a los nuevos tiempos, y además demostrar que no sólo premia a caras bonitas: en la elección de la reina contará también la facilidad de la ganadora para expresarse en público, mostrar sus conocimientos o trabajar en obras benéficas.
No en vano, el lema del concurso es «belleza con un propósito» y la competición incluye examinar proyectos benéficos en los que las chicas hayan participado (uno de ellos, el más valorado, será galardonado con 10.000 dólares).
España es representada por la modelo barcelonesa Mireia Lalaguna, de 23 años.