Sus progenitores, Plácido Domingo y Pepita Embil, decidieron en 1949 mudarse con toda su familia a México para fundar una compañía de zarzuela con la que cosecharon éxitos por los escenarios de Latinoamérica, y en la que el pequeño plácido inició su andadura como cantante.
Domingo confiesa que desde ese momento siempre tuvo "una gran ilusión y esperanza" de regresar a Cuba, algo que no se ha podido hacer realidad hasta hoy, 67 años después.