En ese entonces se creía que el magnate australiano había terminado la relación debido a las excentricidades de la cantante.
Semanas más tarde, se supo que ese no había sido el motivo, sino que todo se debió a que la diva del pop no quiso firmar un insólito acuerdo prenupcial que presentó su ex novio, el cual fue considerado por Carey como de "mal gusto y ofensivo".