La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió, el pasado martes 14 de enero, su informe sobre los hechos acontecidos durante el paro nacional; en el cual se brindan 11 recomendaciones a tomar en cuenta por parte del Estado ecuatoriano. En el documento, se expone su preocupación “sobre la actuación de las fuerzas de seguridad, que no tomaran en cuenta los protocolos interamericanos e internacionales establecidos para la actuación en dichas ocasiones”.
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Dentro de este informe, se recoge el testimonio de Jhajaira Urresta, una joven periodista que perdió un ojo durante las manifestaciones de octubre al ser impactada con una bomba lacrimógena. Sin embargo, Urresta aseguró que los hechos no terminaron en la paralización; sino que, hasta el momento, continúa sufriendo intimidación por parte de la Policía Nacional.
De hecho, afirmó la periodista, desde sus primeras declaraciones, agentes policiales la han acosado, junto con su familia, para evitar que propague su testimonio. Incluso, en una reunión con la ministra de Gobierno, María Paula Romo, "me preguntó: qué es lo que deseas y cuánto deseas. A lo que yo respondí que deseo que exista el debido proceso".
Además, el caso de Urresta ha estado acompañado, desde un inicio, por varias irregularidades. Por ejemplo, expuso, el primer informe de medicina legal señaló que se encontraba en perfectas condiciones; aun cuando su ojo izquierdo se desprendió a causa del impacto de la bomba.
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