Tatuajes para que sobrevivientes del cáncer de mama cierren sus heridas
Cuando Miriam Valderrama, una mujer de 40 años, perdió sus dos senos a causa del cáncer de mama, tuvo que acostumbrarse a ver en el espejo las cicatrices de su mastectomía en un pecho que no reconocía.
«Yo me veía en el espejo y no miraba mi cicatriz (…) era una parte de mi cuerpo que no me gustaba», contó a Efe Miriam, quien la semana pasada, ocho años después de su cirugía, decidió hacerse un tatuaje sobre el pecho y ahora se siente «encantada» e «impactada» con su cuerpo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que anualmente mueren 458.000 personas, en su mayoría mujeres, por cáncer de mama. Solo en México, esta enfermedad cobra la vida de 15 mujeres al día, según estimaciones del Instituto Nacional de Cancerología (Incan).
Además de sobrellevar el cáncer de mama, las pacientes enfrentan grandes retos durante el proceso de recuperación y reconstrucción.
La «carga emocional» que sufren muchas de las sobrevivientes es agotadora, explicó a Efe el doctor Roel Moyeda, cirujano plástico que realiza reconstrucciones de seno a mujeres que se han sometido a mastectomías.
La reconstrucción de seno puede durar de varios meses a un año y, en muchos casos, las mujeres «ya están muy cansadas de tanta operación» y no quieren volver a entrar al quirófano, por lo que se quedan con un «pecho liso» y cicatrices, dijo.
El tatuaje ayudó a Miriam a mejorar su autoestima y a que su cicatriz quedara «sólo en los recuerdos». Una mariposa sobre un árbol de cerezo decora ahora su pecho. «(El tatuaje) alivió muchos sentimientos que tenía guardados», expresó.
Myranda Trejo Elizalde, la artista del estudio Garage Ink que tatuó a Miriam, dijo a Efe que le gustaría que «la gente viera que hay la posibilidad de ver en sus cicatrices algo bonito» y que los tatuajes son «una forma de belleza» que cubren las «heridas de guerra».
Además de los tatuajes artísticos o conmemorativos, un tatuaje puede emular la zona de areola y pezón que «lamentablemente se pierde en la mayoría de las mastectomías», detalló el cirujano.
Moyeda y su equipo trabajan actualmente con el artista de tatuajes Israel Suárez para recrear de manera gratuita la areola y pezón de mujeres que han padecido cáncer de mama. Este año han atendido a casi medio centenar de pacientes y tienen varias decenas más en lista de espera.
Suárez explicó que su papel es «trabajar los pigmentos» para adaptar el tatuaje al tono de piel de cada paciente. Utiliza colores sólidos, contrastes y efectos de luz para dar al tatuaje un efecto tridimensional y realista. El material e infraestructura es financiado por ambos.
«El hacerlo o no hacerlo no implica nada en cuanto a la salud orgánica (de las pacientes)», dijo el doctor Moyeda, «pero en cuanto a la salud emocional, (…) la sensación de sentirse completas nuevamente es un objetivo que se cumple al 100 por ciento.»
Miriam declaró que su tatuaje le ayudó a entender su cáncer como una «oportunidad de crecimiento» que la «ha enseñado a luchar» con ayuda de su familia.
Destacó, además, la importancia de la sensibilización sobre el cáncer de mama y la difusión de la prevención, aun si no se tienen antecedentes directos de la enfermedad. «Como mujeres tenemos muchos riesgos, la cosa es atenderse a tiempo», concluyó. EFE
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