Anorexia en hombres
Este trastorno alimenticio, igual que la bulimia, está completamente relacionado con las mujeres como si nosotras fuéramos las únicas que nos encontramos presionadas por nuestra imagen corporal. ¡Qué gran error! Desgraciadamente, los hombres también tienen complejos, se infravaloran y sufren anorexia y, cada vez, con mayor frecuencia. La única diferencia entre ambos sexos es que la anorexia en hombres es un tema tabú que está totalmente infra diagnosticado y, por lo tanto, pasa inadvertido.
Pero ¿por qué pasa inadvertida la anorexia en hombres? Las adolescentes y jóvenes tienen conductas alimentarias mucho más visibles que los hombres ya que las prácticas más recurrentes son los vómitos o dejar de comer. En cambio los chicos se obsesionan con el deporte, sufren depresión o empiezan a consumir drogas por lo que, a priori, es más complicado de detectarlo y relacionarlo con la anorexia.
Además, según varios estudios desvelan que la gran mayoría de casos de anorexia en hombres se encuentra entre homosexuales por varios motivos. En primer lugar, en la comunidad gay se da mucha más importancia a la apariencia física, hecho que puede llevar a sufrir complejos físicos y, por consiguiente, a trastornos alimenticios. En segundo lugar, porque para muchos podría ser un refugio frente a los conflictos derivados de la necesidad de afrontar la identidad sexual.
Pero la realidad es que los hombres que sufren anorexia no están recibiendo la ayuda necesaria y que es muy importante enfocar este tema también en ellos. Los anuncios, las modas y tendencias y, en general, la idea cultural de tener un cuerpo perfecto afecta tanto a hombres como mujeres que, por desgracia, no se aceptan tal y como son y pueden llegar a experimentar problemas alimenticios.
Es muy importante dejar de vivir bajo la presión y frustración de no ser tan altas, delgadas, estilizadas o simplemente de no tener una silueta que no encaja con el canon de belleza actual. Tanto hombres como mujeres debemos aprender a dejar por un momento los miedos y los complejos y querernos ¡como somos!