Bomberos, policías y médicos, el lado humano en medio del drama
El bombero de la localidad de Manta Narciso Vélez todavía se estremece al recordar el momento en el que la tierra zarandeó el noroeste de Ecuador con una mortífera sacudida y revive con rostro tenso la desesperación que se siente cuando una persona pide auxilio debajo de toneladas de escombros.
«Dondequiera que piso todavía siento el movimiento de aquel fuerte terremoto», dice, al tiempo que asegura que la ciudad de Manta de hoy es «otra» muy diferente a la de antes de la sacudida, que ha dejado en la zona 480 muertos, 4.027 heridos y 231 desaparecidos, según el Gobierno.
Bomberos, policías, médicos y especialistas en rescates son algunos de los servidores públicos que hoy ponen cara al lado más humano en medio del drama que vive Ecuador.
Vélez, en declaraciones distribuidas por la Secretaría Nacional de Comunicación, recuerda que en las primeras horas tras el terremoto, él y sus compañeros sacaron a nueve personas del fondo de los escombros de un hotel, ocho de ellas con vida.
También explica con satisfacción el trabajo que le costó a su equipo otro de los rescates, el de una joven, que tomó cerca de seis horas desde que se confirmó su presencia entre las ruinas.
Con herramientas, con las manos, los bomberos de Manta trabajan con lo que tengan a su alcance porque «lo importante es salvar a las personas» allá donde estén, comenta al expresar su confianza en encontrar todavía más personas vivas que puedan sumarse a las 54 que hasta ahora han sido rescatadas, según dijo hoy el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
El bombero dice que es «desesperación» lo que se siente cuando se escucha la llamada de auxilio de alguien que está cinco o seis metros más allá y al que «no puedes ver, y si lo ves, no tienes cómo sacarlo».
Otro testimonio que evidencia el valor humano en medio de la catástrofe es el de Silvia Farías, una joven medico-policía que afirma que «ayudar a la ciudadanía está sobre todas las cosas».
Farías explica su doble función de protección y, al mismo tiempo, asistencia médica «a toda persona» que necesite su ayuda y comenta que además, como natural de la provincia de Manabí, se siente afectada por lo que ocurre.
«Yo soy manabita, soy de la ciudad de Chone. Me siento identificada con mi provincia y aquí estoy», declara con firmeza.
Los ejemplos son inacabables porque estos días la zona costera del norte de Ecuador recibe oleadas de voluntarios nacionales y extranjeros, como Sebastián Mocarquer, líder del grupo Usar de los Bomberos de Chile, quien comenta que son 49 los bomberos especializados en búsqueda y rescate urbano que han llegado a Ecuador.
Tienen una «larga experiencia» en búsqueda y rescate en estructuras colapsadas y, no en vano, han participado en operaciones de salvamento en países como Haití y Bolivia, sin contar Chile, territorio altamente sísmico en el que han intervenido en los terremotos ocurridos durante los últimos cinco años.
«Esperamos contribuir con el pueblo ecuatoriano a poder dar toda nuestra experiencia y capacidad técnica para hacer la mayor cantidad de rescates posibles y darle también tranquilidad a los hermanos ecuatorianos en este sufrimiento», asegura.