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¿Cómo ser un buen jefe?


El jefe lleva en sus hombros la obligación de que la organización sea productiva, genere utilidades y despunte en el mercado. En varias ocasiones esta gran responsabilidad le lleva a este a presionar en exceso a los empleados, portándose con ellos de forma drástica y tajante. Estas actitudes pueden provocar un rechazo de parte de los empleados hacia el jefe. Los empleados responden a las exigencias del jefe, pero en la parte personal pueden llegar a sentir hasta “odio” hacia él.

Como es de imaginar este sentimiento de “odio” y rechazo hacia el jefe mina la posibilidad de una buena comunicación, de efectividad laboral y daña el clima empresarial. El subordinado le demuestra a su superior respeto, pero en el fondo lo considera un enemigo.

Que es lo que debe hacer el jefe para ser respetado sin generar odio en los empleados?

Para saber como ser un buen líder es importante conocer los tipos de poder que existen y las reacciones que estos provocan, de esta forma se acoplará al tipo de liderazgo ideal para generar la mejor reacción en los empleados.

Los tipos de poder son los siguientes:

Poder legítimo:

Los empleados realizan las actividades porque el líder tiene derecho de solicitar que lo hagan, y ellos tienen la obligación de acatarlo. Este poder legítimo proviene de la posición del líder en la organización. Por ejemplo un general de las fuerzas armadas que tiene el poder de ordenar a sus subalternos por su rango.
Los empleados reaccionan ante este poder por obligación.

Poder de Premiación:

Los seguidores hacen las cosas para obtener los premios en los que el líder influye, como asensos, sueldo y mejores trabajos. Por lo tanto, este poder proviene de la capacidad de dar premios, refuerzos positivos y darles a los empleados algo que desean, a cambio de las conductas que el líder espera.
El ejemplo de esto es un jefe que continuamente da premios y reconocimientos a los empleados cuando alcanzan sus metas, además estimula la educación y el auto mejoramiento.
Los empleados reaccionan motivados ante este tipo de poder.

Poder Coercitivo:

Los seguidores se conducen y actúan para evitar los posibles castigos que el líder controla, como la destitución del puesto, reprimendas, negativas a un aumento y despidos. Este tipo de poder no estimula necesariamente la conducta deseada pero puede reducirlo o detener el comportamiento indeseable. El ejemplo del uso de este poder son la degradación o liquidación de seguidores por mal desempeño, comportamiento inaceptable y falta de integridad.
Este tipo de poder genera rechazo y miedo de parte de los empleados al jefe. No es recomendable usarlo a excepción que sea un caso extremo.

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Poder de la experiencia:

Las personas siguen a este líder porque creen que tiene un conocimiento especial y sabe lo necesario para llevar a cabo una tarea o resolver un problema. Sin embargo este poder tiene un límite ya que solo influye a las personas dentro de su área de conocimiento.
Las personas responden con motivación y respeto ante este poder.

Poder Referente:

Los seguidores realizan algo porque admiran al líder, desean ser como él y quieren recibir su aprobación. Este es el tipo de poder, porque los empleados actúan desde una motivación interna. El poder referente se asocia con personas que tienen características personales admiradas, como la humildad, la integridad y el valor.
Es el poder recomendado a usar que genera las mejores respuestas en los empleados.

Ahora que se han explicado los tipos de poder, lo recomendable es utilizar el poder referente, experto y de premiación, que son utilizados por las organizaciones exitosas y alejarse del uso del poder coercitivo y legítimo.

El poder coercitivo genera en el empleado una sensación de de rechazo hacia el jefe, se pueden reforzar las conductas deseadas, pero de forma obligada. Los mejores resultados en un empleado se dan cuando este hace las cosas por gusto, por motivación y no por miedo a ser reprendido.

El poder legítimo también genera una obediencia obligatoria, sin que el empleado lo haga por real convicción Por lo tanto se debe buscar generar una inspiración en los empleados, para que estos hagan su trabajo con ganas, con el fin de verse mejores resultados.

Lo que busca el jefe es que se cumplan con las metas y expectativas, sin que el empleado tenga un rechazo hacia él, para esto que se sugiere que el jefe trabaje consigo mismo en sus actitudes, en el ejemplo, la integridad, dinamismo, optimismo, y pro actividad. De esta forma será un modelo de poder referente y los empleados lo seguirán porque lo admiran.

Además la experiencia y el conocimiento del jefe en el área en la que trabaja también ayuda a generar respeto en el empleado de forma implícita. Se recomienda también tener planes de refuerzos positivos y premiación, para los empleados que cumplen con las metas y se destacan.

Los líderes efectivos comparten los siguientes rasgos que inspiran a los empleados:

– Inteligencia

-Madurez: Estabilidad emocional y apertura a varios intereses

-Necesidad de Logros: Se enfocan en alcanzar resultados, buscan constantemente nuevas metas.

– Honestidad: Integridad, poseen valores que practican, esto genera confianza en el jefe y disposición de los empleados de seguir a sus líderes.

Además es importante saber que un buen líder es una persona que genera participación en el equipo, guía al grupo cuando es necesario, da sugerencias, pero también permite que el grupo desarrolle sus propias ideas. Está abierto a la comunicación y respeta a sus empleados como personas. Se aleja de parecerse a un dictador pero se involucra y no se olvida de aportar una guía.

Para que el jefe también se sienta conforme con los resultados de los empleados debe establecer metas claras. Las metas señalan y dirigen el comportamiento de los empleados. Al saber que se espera de ellos los empleados saben donde deben centrar su atención, reduciéndose la incertidumbre. Las metas son motivadores naturales que llevan al individuo a ponerse retos los cuales al cumplirse son una recompensa intrínseca para el empleado. Un buen líder sabe que debe haber una estructura de inicio en los puestos especificando claramente las tareas de los empleados, poniendo límites de tiempo y comunicando lo que se espera de él

La puesta de metas y el reconocimiento de su cumplimiento, pueden ayudar a que se de una buena relación entre el jefe y el empleado. Esto hará que los dos se sientan satisfechos, sin llegar a medidas drásticas.

Por lo tanto un buen jefe puede obtener respeto y eficiencia combinando los elementos adecuados, para que en vez de “odio” haya comunicación y admiración. Sobre todo tratando a los empleados como seres humanos capaces de producir un trabajo excelente, cuando son motivados adecuadamente.

Bibliografía:

Hellriegei Don y Slocum John. Comportamiento Organizacional. Editorial Thomson. México 2004.



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