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El EMDR, una técnica eficaz para superar el trauma


El EMDR (Eye Movement Desensibilization and Reprocessing) es una técnica eficaz para trabajar  traumas, que deja ver una mejoría rápida en el paciente. Es una herramienta dentro de la terapia, para aplicarse en los pacientes que han vivido situaciones fuertes e impactantes, que pueden ser tratadas en pocas sesiones, presentando claras mejoras.

Se han hecho 20 investigaciones controladas sobre la eficacia de este tratamiento de EMDR, comparándolo con drogas y otros tratamientos (Shapiro, 2010). Como resultado, la Asociación Americana de Psiquiatría lo recomienda (Shapiro, 2010). Varios estudios neurobiológicos han mostrado que el volumen del hipocampo con déficit cambia con el tratamiento con EMDR, haciendo que se parezca a los cerebros del grupo de control. (Shapiro, 2010). Se ha visto que después de sesiones con EMDR, el hipocampo aumenta en un 6 % (Shapiro, 2010). Esto es muy interesante, porque deja la pauta para siguientes estudios sobre EMDR y plasticidad en general (Shapiro, 2010).

Una de las grandes ventajas del EMDR es que puede funcionar desde la primera sesión, generando cambios rápidos en días (Shapiro, 2010). Es más rápido que la terapia Cognitiva Conductual enfocada en el trauma (Shapiro, 2010). EMDR utiliza en la terapia movimientos oculares, estímulos táctiles y sonidos, estimulando bilateralmente el cuerpo (Shapiro, 2010). En 12 estudios realizados se observó que el movimiento ocular facilita la recuperación de memoria, la recuperación de imágenes vividas, la flexibilidad de la atención y reduce las emociones negativas (Shapiro, 2010). La teoría de la terapia con EMDR postula que la información que entra al cerebro cuando hay una situación muy perturbadora, hace que haya una falla para asimilar la información adecuadamente, por lo que se quedan sin procesar de forma correcta las emociones, actitudes y creencias (Shapiro, 2010). Esta información mal procesada, se queda en la memoria, afectado el desempeño normal de la persona en la cotidianidad (Shapiro, 2010). Lo que busca la terapia con EMDR es reprocesar esa información dañina, que se queda en la memoria del individuo y que se desencadena con situaciones cotidianas, volviéndola neutral, usando como herramienta el proceso de memoria natural del individuo (Shapiro, 2010)

El propósito es asimilar nueva información en estructuras mentales ya existentes, en la memoria semántica, haciendo que la persona logre responder de forma normal a situaciones cotidianas, después de haber vivido una situación traumática. Con la técnica del EMDR se asocia también al presente con el futuro, permitiendo que la persona trabaje la memoria en el presente y como se podría proyectar en el futuro (Shapiro, 2010). Con esta técnica la memoria es alterada y restaurada, convirtiéndola en algo más adaptativo, en la vida de la persona.

Durante la intervención de EMDR, cuando se va realizando la estimulación bilateral se van dando cambios a nivel emocional, corporal y cognitivo (Shapiro, 2010), haciendo que la persona no solo desvanezca el recuerdo doloroso, sino que incorpore vivencias o recursos positivos, lo que hace que se dé un cambio en la dinámica interpersonal (Shapiro, 2010).

Se ha observado en las investigaciones que el EMDR es eficaz con adultos que han sido abusados sexualmente en la niñez, también se ha visto que funciona positivamente en el tratamiento de la depresión, al trabajar en recuerdos dolorosos pasados (Shapiro, 2010). Al reprocesar el recuerdo, el paciente experimenta de otra forma la realidad, aceptando de forma diferente situaciones difíciles vividas en el pasado, que son las que en el presente le producen la depresión, como peleas familiares, divorcio o humillación.

Lo que propone el EMDR es trabajar con las situaciones difíciles pasadas, que son las desencadenantes de diferentes patologías, ayudando a procesar esa información y logrando que de esta forma la persona también se libere del síntoma. Por otro lado el EMDR, es una interesante fuente de estudio sobre la plasticidad cerebral y de cómo el cerebro puede cambiar (Shapiro, 2010).

La estimulación bilateral corporal puede generar cambios a nivel cerebral, como se menciona anteriormente, se ven cambios significativos en el hipocampo, área del cerebro que se relaciona con los traumas. Por otro lado, se observan cambios de conducta notorios al usar está técnica, que a través de movimientos oculares, ayuda a reprocesar memorias y a cambiar emociones negativas. Por lo tanto, esto significa que una memoria que aparentemente es rígida puede ser cambiada al igual que las estructuras internas cerebrales. Es otra forma de mostrar como la terapia es eficaz siendo capaz de cambiar traumas, por recuerdos neutrales.

Si una memoria fuerte puede cambiar, esto demuestra que nosotros podemos cambiar, dependiendo de la forma en que estimulemos el cerebro. Si introducimos información diferente al cerebro, podemos generar cambios en las actitudes y las emociones. Por otro lado, lo que propone el EMDR también es asociar recuerdos negativos con nuevas situaciones más positivas, por lo tanto, si en el aprendizaje un niño aprendió algo errado siempre es posible hacer nuevas asociaciones, que den lugar a nuevos comportamientos y nuevas conductas.

Esta información puede ser de mucha utilidad en el país, sobre todo con personas de bajos recursos económicos que no tienen la posibilidad de asistir a terapias largas. Por su rapidez y eficacia se podría trabajar con esta terapia en zonas donde ha habido desastres naturales, o con personas expuestas a altos niveles de violencia y delincuencia. Se podría trabajar con situaciones traumantes que puede estar desencadenando patologías más severas. Por ejemplo, niños que han sufrido abusos por parte de sus padres, violaciones o maltrataos, podrían recibir este tipo de terapia, lo que tal vez les pueda a ayudar a futuro a evitar desarrollar otros trastornos o adicciones, reacciones muy comunes a situaciones de violencia.

Referencias: Shapiro, Francine 2010. The Human Mind, Psychotherapy and EMDR. Actas Españolas de Psiquiatría, Vol. 38, suplemento 3, Diciembre 2010.

Psicóloga Adriana Fornasini
Psicólogos Quito



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