Detalla además que el piloto tenía un título comercial de pilotaje en regla y un certificado médico de la Administración Federal de Aviación (FAA) expedido hacía solo diez días, y que el vuelo que resultó fatal era el octavo que realizaba ese día con ese mismo aparato, destinado a viajes turísticos sobre la ciudad.
El piloto trabajaba en una rotación de diez días de trabajo seguidos de diez libres, y el día del accidente era su primera jornada de trabajo tras esos diez de descanso.
Tenía en su haber 790,2 horas de experiencia de vuelo, de las cuales 48,6 habían transcurrido en ese aparato o en otro de la misma marca y modelo que el siniestrado, un Bell 206L-4.
En el momento del accidente llevaba puestas unas gafas con graduación computerizada y con capacidad de grabar tanto video como audio, pero los lentes no se han recuperado.
Un informe preliminar
Estas son las principales novedades aportadas por este informe preliminar que por lo demás se dedica a describir el itinerario de la aeronave en el último viaje antes de estrellarse, así como a confirmar lo que ya habían revelado los distintos videos filtrados a la prensa: que el helicóptero se rompió en tres partes antes de caer al agua (el fuselaje, el rotor y la cola).
En cuanto al helicóptero siniestrado, había pasado dos inspecciones -la de «300 horas» y la de «100 horas»- el 27 de febrero anterior, y en su último vuelo acumulaba 12.975 horas de operación, mientras que el motor llevaba casi el doble (23.305 horas). Habían pasado 50 horas de vuelo desde esa inspección en el momento del accidente.
El informe preliminar describe por último las condiciones meteorológicas de ese día, con nubes situadas a 7.500 pies (2.200 metros), vientos de entre 10 y 18 nudos y una visibilidad de 10 millas.
Fuente : EFE