Una 'selfie' con la Virgen de Guadalupe y su amor por la comida criolla chiclayana, los recuerdos de una amiga del Papa León XIV en su paso por Perú
Tres meses antes de ser elegido cardenal, Margarita Flores, religiosa de la Orden de las Canonesas de la Cruz en Perú, conoció a Robert Francis Prevost, el nuevo Papa León XIV. Su primera anécdota con él fue peculiar. Al entrar en su oficina, un cuadro de la Virgen de Guadalupe reposaba sobre la pared posterior al escritorio de Prevost. Tenía un marco dorado brillante que llamó la atención de Margarita.
"Yo amo la virgen de Guadalupe", dijo, a lo que el ahora Papa la invitó a acercarse. Margarita le pidió hacerse una 'selfie' en un recuadro que, ahora, quedó plasmado para la historia y la amistad de ambos.
Margarita conoció a Prevost en una "etapa de transición", en la que estuvo en Perú durante tres meses en calidad de obispo y, posteriormente, fue elegido como cardenal. A él, lo recuerda como un guía de la palabra de Dios cercano a las personas, lleno de cordialidad y amabilidad.
"Vi en él una mirada tierna de Dios. Es un hombre de fe y con los pies puestos en la tierra (...) se encarnó en la realidad peruana y vio la necesidad en varios sectores", señaló.
Un amante de la comida peruana
Prevost, antes de ser elegido el Papa XIV, trabajó durante varios años en Chulucanas, Trujillo y Chiclayo, Perú. Presidía misas en la mañana y la tarde y se mantenía cercano a los jóvenes. Uno de sus mayores pasatiempos era caminar y hacer deporte, pero uno de sus primeros inconvenientes al llegar al país sudamericano fue adaptarse a la sazón de sus platos típicos.
Lo que empezó con cierta inconformidad por la gastronomía peruana, terminó con un paladar con afinidad y cariño a la comida de ese país, especialmente a la Chiclayo. Fue entonces, finalmente, cuando la comida criolla, el seco de cabrito con frejoles y el arroz con pato, se convirtieron en sus platos favoritos.
Un amigo en el máximo cargo de la Iglesia Católica
Cuando Margarita se enteró de la noticia de la elección del nuevo Papa, no conocía aún su nombre. Lo único que escuchó fue que era de origen estadounidense y nacionalidad peruana. Fue ahí cuando recordó a Prevost y su paso por Chiclayo. Su primera reacción fue ir al Santuario del Señor de los Milagros para orar por él. Pedir salud y fortaleza para su amigo que, ahora, es el encargado de guiar a la Iglesia Católica.
"Dios lo fue preparando de a poco para que pueda dar lo mejor de sí", indicó.
Antes de irse de Perú, y tras su designación como cardenal, Prevost recibió una cálida despedida de la Orden de las Canonesas de la Cruz. Margarita recuerda una canción compuesta para al ahora Papa en la que, entonada en un vals peruano, le desearon lo mejor en su trayectoria dentro de la Iglesia.
"Gracias doy por su cariño y comprensión. Gracias por su ayuda a los demás. Hoy tu vida es como un lirio que derrama paz. Te irás a otras tierras, partirás cumpliendo la voz de Dios que te llamó. Te llamaron siendo Obispo de Chiclayo a cumplir un rol sacrificado, ser juez y presidente en comunión. Tienes la dulzura en sus palabras, derrámala en los fieles".
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