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La importancia de las caricias en la sexualidad


Las caricias son un elemento básico e importante del ejercicio de la función sexual, en solitario y en pareja. Las caricias son un método de estimulación sexual, entre varios, que el ser humano puede emplear. El órgano de los sentidos estimulado por las caricias es el tacto, mas no se debe asumir que las caricias deben ser realizadas solamente con las manos. Básicamente se debe utilizar el pulpejo de los dedos, mas también es útil emplear la palma de las manos. Además, se puede acariciar con otra parte del cuerpo, como los labios, pies, piernas, brazos, mechones de cabello, y también con plumas, algodón, pincel, entre otros, que provean una sensación agradable, en cuanto a textura y temperatura.

El nombre científico de las caricias es masaje dígito palmar. Justamente, las caricias son un masaje administrado con un elemento a una superficie, que generalmente es la piel. Las caricias deben ser realizadas de manera circular, lentamente y con poca presión. Las caricias consisten en movimientos grandes, que cubran una superficie amplia, para proveer estímulo sexual a cada porción de la piel. Si el movimiento es sobre un espacio pequeño y limitado, los receptores táctiles de la piel se estimulan, pero se saturan rápidamente. La consecuencia de esto es que, tanto la persona que acaricia como quien recibe la caricia, deja de percibir la sensación y la respuesta sexual disminuye o se pierde.

El masaje dígito palmar debe iniciar en las zonas erógenas secundarias, es decir, lejos de los genitales. No se debe acariciar de inicio las mamas, tetillas ni genitales, llamadas zonas erógenas primarias, ya que esto solamente ocasionará rechazo y disminución de la respuesta sexual. La práctica habitual (e incorrecta) de tocar directamente los genitales de la mujer para conseguir excitación y lubricación no es saludable ni satisfactoria para ella. El toque del resto del cuerpo prepara a las zonas genitales para ser estimuladas después, para así alcanzar el mayor placer y la respuesta sexual fisiológica esperada. Una vez que la excitación ya ha iniciado y se ha mantenido, entonces será útil acariciar los genitales. La excepción a esta situación se dará cuando cada persona ya se ha estimulado previamente, con pensamientos o autocaricias, o si el toque directo en genitales es consensuado y hasta solicitado.

La única forma de percibir las caricias en su cuerpo es sintiendo. Para poder sentir es necesario no pensar. Éste es un principio básico de la sexualidad sana, operativa y satisfactoria: sentir y no pensar. Si usted está preocupado (a) por algo, incluso por sentir, lo más apropiado es expresar verbalmente su preocupación, dejar de pensar en complacer a la pareja y ocuparse de sus sensaciones. Cada persona es responsable de manejar sus pensamientos para poder sentir las caricias que recibe en su cuerpo. Sentir no incluye ser vulnerable; solamente incluye estar saludable para iniciar su respuesta sexual, si así lo quiere.

Dra. Alicia Garzón, M.Sc.

SEXOLOGÍA MÉDICA.

Celular:  099-290-0037.

www.aliciagarzon.com



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