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La mujer Alfa desde la perspectiva Kabbalista


Con la llegada de estos tiempos se han ido acuñando frases y conceptos que representan la forma de vida que llevamos. Uno de ellos es la ‘mujer alfa’. Descriptivamente podríamos decir que esta mujer es capaz de ser todas las aristas de un ser humano en tiempo simultáneo y de manera eficiente. ¿A que me refiero?

Seguramente, todas hemos pasado por esta etapa o todavía estamos en el correr de un lado a otro, en la tarea de ser esposa, de trabajadora, madre, hija, amiga… todo esto sin descanso, sin agobiarnos y sin solicitar el más mínimo apoyo.

Aquí la pregunta que cabe es: ¿Vale la pena realmente ser esa mujer que pretende ser perfecta y que cumple con todo y con todos? La respuesta que se repite en infinidad de mujeres es: Si no lo hago ¿quien lo va hacer?

Pero el precio de hacerlo todo bien ,perfecto y a tiempo suele ser muy alto y doloroso, pues ocasión una desconexión con nuestra fuente interna y nuestra alma.

Una de las cosas que más me costó y supongo que nos cuesta a todas las mujeres es encontrarnos en la disyuntiva de escuchar lo que la sociedad, que es aceptarme y amarme, o al mismo tiempo sentir que tengo que cambiar porque es imposible seguir así. Si en realidad tomaste la decisión de hacer un cambio puedes empezar por reconocer que hay una voz interna que exige perfección (ego). Incluso cuando alguien nos ayuda queremos que nos ayude a nuestra manera. ¡Absurdo !

Pero, ¿está mal ser una mujer Alfa? De ninguna manera, está mal siempre y cuando nuestra conciencia interna mientras estamos en ese rol sea clara, en el sentido de que no se necesita ser perfecta para ser amada y aceptada.

La maestra del Centro de Kabbalah, Mónica Berg, dice: «Muchas de las reglas que nos autoimponemos tienen que ver con nuestra necesidad de control antes que con una necesidad real de manifestar nuestro propósito o luz interior en el mundo».

En el proceso de aprender, una de las mayores enseñanzas de la sabiduría Kabbalista es que: «la fortaleza de una persona nunca proviene ni se sostiene desde esta dimensión física», este proceso se inicia con el despertar, con el entendimiento de esta energía interna negativa que me exige perfección, competir, impresionar y que, de alguna manera, al reconocerla en mí, me empuja a la búsqueda de un ‘GPS’ espiritual,  que me permita vivir en este mundo caótico, proporcionándome una guía que me lleve por un camino más amable como ser humano en el tiempo.

¿Por qué necesitamos ejercer este papel de perfección para sentir mayor autoestima? El simple hecho de aprender y recordar que la existencia de cada ser humano en sí misma es de un valor grandioso nos puede ayudar a conectar con nuestro propio valor interno, incluso más allá de nuestras limitaciones naturales y humanas.

Nadie dijo que debes ser perfecto para ser amado y respetado. Aprendemos en Kabbalah que la luz o la energía universal, a veces llamada Dios, nos trata de la misma manera que nosotros nos tratamos a nosotros mismos.

Qué ocurre, entonces, cuando pensamos que siendo imperfectos no somos merecedores de algo. Es como si pusiéramos una cadena con varios candados a la puerta, bloqueando la entrada de bendiciones a nuestra vida.

Te has preguntado, si necesitas estar a la altura de qué, o de quién… ¿Quién pone la vara?

Estar consciente y sentir un sano orgullo de lo que eres, de lo que has logrado y de tus sueños por cumplir es lo que ayuda a insertar un eje amoroso con nosotras mismas en nuestra vida. Nadie tiene la receta de la perfección porque tampoco se espera que seamos perfectos, esta creación divina es hermosa tal cual es y tú eres parte de ella. “Todas podemos ser la mejor versión de nosotras mismas, pero primero debemos saber quiénes somos”, dice Mónica Berg.

Las mujeres fuertes somos las que estamos comprometidas a cambiar, a crecer cada día de nuestra vida ,dentro de nuestra única y maravillosa imperfección, eso es lo que significa ser una ¡alfa de alma !



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