Ahora, se debe conocer qué coctel es el ideal y para qué hora del día. En las primeras horas de la mañana, deléitate con líquidos dulces con sabor a naranja o gaseosa. Puedes degustar mezclas elaboradas a partir del refresco de naranja, zumo de naranja natural y zumo de zanahoria.

A modo de aperitivo los cocteles elaborados con refrescos amargos y fuertes como el bitter o la tónica sirven para abrir el apetito y facilitar la posterior digestión. Antes de comer, el refresco de limón o la gaseosa sacian la sed y, si se los puede combinar con zumo de apio y pepino.

Una vez en la mesa, las mezclas con cítricos como el limón o el lima-limón se emplean para limpiar el paladar entre platos. Después de comer puedes degustar los cocteles con refrescos dulces como el Raspberry, elaborado con gaseosa, zumo natural de frambuesa y helado de vainilla. Aquellos que incorporan refresco de naranja son también idóneos.

A media tarde, los más indicados son los cócteles nutritivos, como el Polynet, que lleva refresco de naranja y helado de vainilla, así como las mezclas con base de gaseosa. Y al caer la noche los refrescos ácidos son clave. Cualquiera de estos ingredientes es ideal para un coctel nocturno.

No olvides que a los licores se los puede servir como aperitivos, cuando por sus características los puedes ingerir antes de las comidas y estimular el apetito; los refrescantes, que se los puede tomar a cualquier hora para calmar la sed gracias a sus componentes; y los digestivos, perfectos para tomar después de las comidas y favorecer la digestión.