En el nuevo periodo del Gobierno, será necesaria una reforma en el sector energético, que involucre al campo petrolero y de electricidad, dijo en NotiMundo Estelar, Roberto Aspiazu, presidente Ejecutivo de la Cámara de Energía del Ecuador. Esta línea, dijo, debe centrarse en la apertura a la inversión privada para evitar la caída en la producción petrolera.
De acuerdo con Aspiazu, uno de los principales factores que inciden en la venta de crudo en el país es la falta de continuidad en los procesos de renegociación de contratos que, señaló, ha dejado al menos USD 1.300 millones en inversión represada.
Actualmente, Ecuador produce menos de 470 mil barriles diarios de petróleo, mientras se proyectaba un valor por encima de los 580 mil barriles para finales del 2025. Algo que, según Aspiazu, no sucederá.
Otro ejemplo de la decadencia del sistema petrolero, dijo, es el reciente derrame de crudo en Quinindé, Esmeraldas, tras la rotura del SOTE. Aspiazu lamentó que la tubería, de más de 50 años de vigencia, o haya tenido un cambio de bombas para facilitar la contención del petróleo derramado que, según Petroecuador, ascendió a 26 mil barriles.
"Estamos hablando de un problema sistémico en el que fortalecer la institucionalidad del sector público es fundamental", dijo.
En cuanto al sector eléctrico, Aspiazu insistió en que el país requiere de energía en firme. Recordó que, actualmente, llegaron al Ecuador dos barcazas con una capacidad de generación de 100 megavatios cada una. A esto, se suma la intención del Gobierno de diversificar la matriz energética.
Por otro lado, el gobierno continúa importando gas natural con la intención de elevar la producción de 128 megavatios de Termogas Machala a 250 megavatios que permitirán enfrentar un eventual periodo de estiaje.
"Estamos perdiendo mucho tiempo (...) lo principal es apuntar el modelo, es demasiado estatista y burocrático", precisó.
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