Quiero festejar Navidad con mis amigos: ¿cómo les digo a mis padres?
Los consejeros familiares afirman que está bien defender los intereses propios, pero primero hay que preguntarse con sinceridad si realmente se quiere pasar la Nochebuena con los amigos. Si la respuesta es sí, sólo hay que decidir cómo y cuándo se anuncia la decisión.
No es muy buena idea anunciar después de la cena que uno se irá a festejar con los amigos. Lo más probable es que, en ese caso, los padres no demuestren demasiada comprensión. Lo mejor es hablar con ellos con tiempo e informarlos de los planes navideños que se tienen. Se recomienda hablar al menos unos 15 días antes de la Nochebuena: aunque no la aprueben del todo, la mayoría de los padres entenderán la decisión.
La Navidad es una fiesta marcada por tradiciones y rituales. Muchas familias celebran siempre de la misma forma. Está claro que los jóvenes tienen una mayor capacidad de cambiar las cosas de repente, mientras que a los padres las modificaciones en los planes pueden resultarles más difíciles. Por eso, es importante darles a los padres un tiempo para pensar, lo que puede obrar milagros. La mayoría de las veces, terminan comprendiendo la necesidad del hijo de armar un plan alternativo.
Lo mejor es no perder la calma en la primera conversación, ya que si no, los padres se ponen más intransigentes. Los expertos recomiendan hablar en tono amable, mirando a los ojos, y respetar los deseos de los padres. De esa forma, se estará un poco más cerca de lograr lo que se quiere. Lo mejor es no cambiarles todos los planes de repente. Si se sigue viviendo bajo el mismo techo que los progenitores, es necesario informarlos de los planes con antelación por más que ya se hayan cumplido los 18 años.
Todos los familiares asumen compromisos en la Navidad. En el día a día, cada uno organiza su rutina. Pero la Navidad es una fiesta familiar y en la Nochebuena, las familias se reúnen. Por eso, si los padres reaccionan con tristeza o preocupación ante el deseo del hijo de festejar con los amigos, hay otras soluciones. Una es trasladar el festejo con los amigos al otro día, o irse después de compartir la cena con la familia. Lo mejor es ir negociando compromisos de a poco.
De todas formas, tampoco hay que perder de vista que la Navidad es apenas un día de los 365 del año. Sin embargo, todos los años vuelve a ser un festejo lleno de emociones, acerca del que cada cual tiene sus propias ideas. Sólo hay que hablar antes para que no estalle el conflicto durante la ceremonia bajo el arbolito navideño. Los consejeros familiares tienen algunos tips que pueden ayudar a hablar con los padres sin conflicto:
Tip 1: Explicar por qué es importante encontrarse con los amigos en Navidad.
Tip 2: Preguntarles a los padres cómo festejaban ellos antes la Navidad. La mayoría de los padres probablemente haya pasado un rato con sus amigos cuando eran jóvenes, o al menos habrán sentido el mismo deseo.
Tip 3: Dejar en claro que se disfruta del festejo familiar, pero que con eso no alcanza para que la noche sea ideal.
Tip 4: Si los padres se muestran intransigentes, preguntarles qué podría tener de bueno para ellos que uno esté sentado con mala cara a la mesa familiar. La Navidad es una fiesta alegre, y todos tienen derecho a sentirse felices.
Tip 5: Negociar a partir de qué edad se está autorizado a festejar con los amigos tras la cena de Nochevieja.