Así se elige al Papa: ritual, encierro y humo blanco
Con el fallecimiento del Papa Francisco el 21 de abril de 2025, la Iglesia Católica inicia el proceso para elegir a su sucesor mediante el tradicional cónclave. Este evento, lleno de simbolismo y secreto, se lleva a cabo en la Capilla Sixtina del Vaticano.
El cónclave comienza entre 15 y 20 días después de la muerte del pontífice. Solo los cardenales menores de 80 años pueden participar como electores; en esta ocasión, son 139.
Durante el cónclave, los cardenales se aíslan completamente del mundo exterior para evitar influencias externas y filtraciones. Se alojan en la Casa Santa Marta y se comunican únicamente entre ellos.
Cada día se realizan hasta cuatro votaciones. Si ningún candidato alcanza los dos tercios necesarios, las papeletas se queman y se libera humo negro por la chimenea de la Capilla Sixtina, indicando que no hay decisión. Cuando se elige al nuevo Papa, el humo es blanco, señalando al mundo que hay un nuevo líder de la Iglesia Católica.
Una vez elegido, el nuevo Papa acepta su nombramiento, elige un nombre y es presentado desde el balcón de la Basílica de San Pedro con la frase Habemus Pa "pam".
Este proceso, que combina tradición, espiritualidad y protocolo, es fundamental para la continuidad de la Iglesia Católica y es seguido con atención por millones de fieles en todo el mundo.
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