¿Te atreves a catar un tequila?
El tequila es una bebida de origen mexicano, proveniente del ágave azul, cuya producción goza de una Denominación de Origen, lo que significa que no puede producirse por fuera de las zonas establecidas por el órgano rector denominado Consejo de Regulador del Tequila. Esta organización se dedica a verificar y certificar el cumplimiento con la Norma Oficial del Tequila, así como a promover la calidad, la cultura y el prestigio de la bebida en el mundo.
El ágave azul, por su parte, es una planta tipo penco de cuyo corazón se extrae el conocido mezcal, que en el idioma náhuatl quiere decir ‘casa de la luna. A partir del mezcal se produce el mosto, el mismo que es fermentado y que da el sabor característico al tequila. La producción de esta bebida mezcla dos tradiciones, una europea que tiene que ver con la forma de destilación y la mexicana que usa una planta originaria y de uso muy antiguo en ese país.
Los tequilas siempre pasan por el reposo en barrica, generalmente se usan barricas de roble provenientes de la elaboración de whisky americano, que le ayudan a mantener sus aromas y sabores característicos. El tequila no puede estrenar barricas debido a que la fuerza de la madera podría intervenir en su sabor y, por ello, los expertos prefieren usar las barricas usadas. Un buen tequila debe haber reposado por lo menos seis meses.
Es importante saber antes de la cata, que el tequila no es una bebida para maridar con ningún alimento, pues su grado alcohólico aniquilaría el sabor del platillo o bocado. El grado alcohólico de la bebida es de 60. Es un licor que se la puede tomar como aperitivo o digestivo.
Pero, ahora sí viene lo más interesante, degustar el tequila, sentir sus aromas y sabores, disfrutar de su fortaleza como bebida y conocer un poco más acerca de la cata de bebidas espirituosas.
Como todos saben el tequila tiene dos variantes en cuanto a color. Están los dorados y los blancos, ambos pueden ser de excelente calidad, solamente se distinguen por el tiempo que han permanecido en barrica.
El tequila joven se lo puede servir en la típica copa caballito, el reposado o en una copa de cherry y para catar el añejo es preferible usar una copa de cognac. Sin embargo, para una cata, es indispensable una copa abierta que ayude a detectar los aromas de la bebida y el ingreso de la nariz.
Es recomendable, al igual que con toda bebida reposada, abrir la botella y dejar respirar unos 5 o 10 minutos luego de ser destapado.
Color:
Es importante observar el color del tequila sobre un mantel o individual blanco, para percibir el color más puro, mira la intensidad del tono, encontrarás matices plateados o dorados, dependiendo del tipo de tequila elegido. En el caso de un reposado, mientras más dorado sea más intenso será su sabor.
Cuerpo:
Para apreciar el cuerpo del tequila es importante hacer girar la bebida dentro de la copa. Se podrá observar las gotas que quedan en las paredes del cristal, a las cuales se las denomina lágrimas o piernas. Mientras más lento bajen las lágrimas mayor cuerpo tendrá el tequila, así como mayor grado alcohólico.
Aroma:
Se debe poner la nariz en el centro de la copa, lo más profundo que se pueda. Luego, hay que aspirar con la boca cerrada y exhalar por la nariz para activar la parte retronasal de nuestro olfato y soltar. También es importante entre abrir los labios cuando se tiene la bebida dentro de la boca para permitir el ingreso de aire y que este potencie las notas a canela, pimienta, vainilla, caramelo, madera tostada, mantequilla, frutas secas, pétalos de rosa y hasta el mismo olor a agave, entre otros 50 aromas que se pueden encontrar en un bocado de tequila.
Sabor:
Después hay que probarlo. Los expertos recomiendas primero ‘despertar el paladar’, que consiste en no más que darle un primer sorbo al tequila, pasearlo por la boca y sin más tragarlo.
Para un segundo momento, es indispensable mezclar el tequila con unas gotas de agua que potenciarán los sabores característicos de la bebida. Como es un licor con grado alcohólico alto es difícil percibir los sabores. El tequila, como otros licores destilados, requiere de agua fría para permitir al paladar degustarlo de mejor manera y a la persona sentir sus notas, bajando la presencia tan fuerte del alcohol.
Es recomendable beber el tequila sorbo por sorbo, no en un solo shot. Además, si es un tequila reposado o añejo es mejor evitar el limón y la sal, eso déjalo para los tequilas blancos y más jóvenes.
Toma un bocado y con movimientos lentos de un lado a otro, paséalo en toda la cavidad bucal. Luego, mantén el líquido quieto durante unos 3 o 4 segundos en boca y trágalo siempre y cuando hayas puesto en práctica la técnica expuesta en el punto ‘Aroma’.
¡Y ya está! A disfrutar del tequila con moderación y con conocimiento.