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Ventajas y desventajas de los cargadores inalámbricos de smartphones


La tecnología de carga inalámbrica promete acabar con incomodidades como tener que buscar el cargador que no recordamos dónde pusimos o desenredar el cable que otra vez está lleno de nudos. De manera similar a los cepillos de dientes eléctricos, el smartphone se carga sobre una superficie. No hay cables, enchufes ni deterioro de la conexión USB en el teléfono, aunque cabe recordar que la estación de carga sí tendrá que estar enchufada (y con cable…).

«Es una posibilidad muy sencilla de cargar el aparato», señala Johannes Weicksel, de la asociación tecnológica alemana Bitkom. Por ejemplo, uno puede integrar el cargador en muebles como la mesilla de noche: basta con apoyar encima el celular para que se cargue.

El sistema funciona por inducción: en el aparato hay una bobina por la que circula corriente alterna, con lo que se crea un campo electromagnético. También el smartphone lleva una bobina plana a través de la cual fluye la corriente en cuanto se lo coloca sobre la estación de carga o dock. Entonces aquella se convierte en corriente continua que pasa a la batería. En la actualidad hay tres tipos de estándar (aún) incompatibles: Qi (que se pronuncia Chi), Rezence y Powermat.

En el caso de Qi, creado por Wireless Power Consortium (WPC), así como en Powermat, de la Power Matters Alliance (PMA), se utiliza la transmisión sencilla de energía de inducción. En cambio, Rezence usa tecnología de resonancia magnética, que es una forma de inducción más compleja. Este estándar permite cargar varios aparatos a la vez y a una mayor distancia.

Eso hace que no haya que colocar el celular justo encima de la superficie de carga, pero la eficiencia energética es menor. La responsable de Rezence es la Alliance For Wireless Power (A4WP), a la que se han sumado, entre otros, Intel y Samsung. Sin embargo, aún no hay otro tipo de aparatos en el mercado que lleven esta tecnología, por ejemplo laptops.

Hay estaciones de carga Powermat en los locales de la cadena de cafeterías Starbucks y en algunos McDonald’s de Estados Unidos, pero salvo eso no es un estándar muy extendido. «Hasta ahora sólo viene integrado en el Samsung S6», señala Hannes Czerulla, de la revista «c’t». En junio de este año, PMA y A4WP se fusionaron, por lo que está por verse si confluirán sus sistemas.

En el mercado, el estándar más popular es Qi, gracias a que lo usan fabricantes importantes como HTC, LG, Motorola, Nokia, Samsung o Sony. Apple, en cambio, no forma parte del grupo. Qi permite transmisión de energía de hasta cinco vatios desde hace unos cinco años.

La tecnología avanza lentamente, y hasta ahora hay pocos modelos que la incluyen: algunos de Nokia, Samsungs Galaxy S6, el modelo G3 de LG o el los Nexus 4, 5 y 6 de Google. La Nexus 7, ya algo anticuada, es la única tableta que la lleva. La tienda de muebles económicos Ikea podría ayudar a propagarla pues desde hace poco vende estaciones de carga, por separado o integradas en los muebles.

Los estudios hechos hasta ahora muestran que la carga inalámbrica es menos eficiente, se necesita más tiempo y por tanto más electricidad. Las ventajas son que las conexiones USB no se ensucian ni se rompen.

La empresa WPC anunció además que pronto el sistema Qi será más rápido y podrá cargar hasta 15 vatios, con lo que será posible usarlo para las tabletas.

Pese a ello, los elementos a favor aún no son de mucho peso, comenta Czerulla. La idea de que haya cargadores integrados en lugares públicos es más bien ficción por el momento. Y no se puede usar el teléfono mientras se carga de forma inalámbrica sin interrumpir el proceso.



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