El príncipe Enrique entristeció a un alumno de nueve años de una escuela de Berkshire, en el sudeste de Inglaterra, tras confesarle que «lo más probable» es que no sea rey en un futuro, según publican hoy los medios británicos.

El quinto en la línea de sucesión de la corona del Reino Unido se desplazó ayer hasta el centro de Lambs Lane para formar parte de la grabación del programa de competición deportiva «Game Changers», que emite Sky Sports, donde se sometió a las preguntas de los estudiantes.

El niño, de nombre Tristan, se acercó al príncipe, de 31 años, al que le inquirió con una cuestión que le rondaba la cabeza: «¿Vas a llegar a ser rey?»

«Esa es la pregunta que todos queríais hacer. Te alegrarás de saber que probablemente no», le respondió entre risas Enrique.

El chico se mostró cabizbajo tras ver su duda disipada, a lo que el nieto de la reina Isabel II reaccionó de forma cariñosa al chocar los cinco con su admirador.

«Quiero que el príncipe Enrique haga lo que quiera hacer, lo que de verdad quiera hacer. Sería divertido para él ser rey y me gustaría verlo como rey», remarcó después el joven de Berkshire.

El hijo de la princesa Diana saludó a los alumnos del centro antes de entrar al plató de «Game Changers», donde rodó un programa especial sobre los juegos paralímicos «Invictus Games», que se celebran en Florida (Estados Unidos) en mayo, y en el que participan veteranos de guerra y personal de las fuerzas armadas.

El príncipe contó a la cadena británica Sky que estaba encantado de que personas con enfermedades mentales compitan en este evento, ya que siente una conexión hacia ellas después de su paso por Afganistán bajo el mando del ejército británico.

«Hay imágenes que por suerte no tuve que ver, pero con otras no he tenido más remedio que hacerlo. Hay un porcentaje de mí que es capaz de establecer un vínculo con lo que estos chicos están pasando», explicó.

En el programa, que se emite el viernes 29, el príncipe participó en un partido de baloncesto con silla de ruedas en el que ayudó a los jóvenes a lanzar la pelota a las canastas, algunas de las cuales tenían su rostro.