Cuando nos empeñamos por querer tener siempre la razón, estamos subestimando la opinión de los demás y mostrándonos poco empáticos. Por eso es difícil entender por qué nos ocurre esto.
La creencia de que siempre se tiene la razón, o el sesgo de confirmación, es un fenómeno psicológico común que se debe a la tendencia natural de nuestro cerebro a buscar y recordar información que confirme nuestras creencias preexistentes, mientras que descartamos o ignoramos información que las contradiga.
Algunos factores que contribuyen a la necesidad de tener la razón son: El ego y autoestima, la necesidad de control, el miedo a equivocarse, inflexibilidad cognitiva.
En El Mundo de Cabeza conversamos con Roberto Moncayo, especialista en salud mental, autoconocimiento y meditación, sobre la manera en la que el sesgo de confirmación sabotea nuestro pensamiento crítico ¿Y si no siempre tienes la razón?