La creciente presencia de aplicaciones de inteligencia artificial (IA) diseñadas para acompañar a niños y adolescentes ha generado preocupación entre expertos en salud mental y tecnología.
Estas herramientas, que simulan conversaciones y ofrecen compañía virtual, pueden parecer inofensivas, pero presentan riesgos significativos para el desarrollo emocional y social de los menores.
Riesgos identificados:
1. Dependencia emocional: Los menores pueden desarrollar vínculos afectivos con las aplicaciones, sustituyendo interacciones humanas reales por relaciones virtuales, lo que puede afectar su capacidad para establecer conexiones sociales auténticas.
2. Aislamiento social: El uso excesivo de estas herramientas puede llevar al aislamiento, reduciendo las oportunidades de interacción con familiares y amigos, esenciales para el desarrollo social.
3. Exposición a contenidos inapropiados: Algunas aplicaciones no cuentan con filtros adecuados, lo que puede exponer a los menores a información no apta para su edad.
4. Desarrollo cognitivo afectado: La interacción constante con IA puede limitar el pensamiento crítico y la creatividad, al ofrecer respuestas predefinidas y limitar la exploración personal.
Recomendaciones:
• Supervisión adulta: Es esencial que padres y educadores supervisen el uso de estas aplicaciones, estableciendo límites de tiempo y contenido.
• Fomento de interacciones humanas: Promover actividades que involucren interacción social real, como juegos en grupo y conversaciones familiares, es crucial.
• Educación digital: Enseñar a los menores sobre los riesgos y beneficios de la tecnología les permitirá tomar decisiones informadas y responsables.
Mientras que la tecnología ofrece herramientas innovadoras, es vital asegurar que su uso en menores sea seguro y beneficioso, priorizando siempre su bienestar emocional y social.
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