Las FF.AA. no han trabajado en un modelo de depuración; reformas en sistemas de inteligencia son urgentes, apunta experto
Familiares y amigos de los 11 militares asesinados en el alto Punino, en Orellana, recibieron los cuerpos de los uniformados para ser sepultados en Cotopaxi, Pastaza, Imbabura y El Oro, sus lugares de origen.
El sábado 10 de mayo, los restos de los soldados, que fueron asesinados el pasado viernes durante una operación contra la minería ilegal, recibieron los respectivos honores por parte del Grupo de Fuerzas Especiales en Lago Agrio. Luego, fueron velados en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro, en Quito, donde se levantó una capilla ardiente en su honor.
Para Luis Córdova, investigador del programa Orden Conflicto y Violencia, el reciente crimen ocurrido el pasado 9 de mayo evidenciaría que las Fuerzas Armadas fueron penetradas por la criminalidad y la corrupción. Aclaró que, esta afirmación no se relaciona a los responsables del hecho, sino a la información militar que pudo filtrarse a organizaciones criminales para evadir los operativos de control minero en Orellana.
Consideró que, en el Ejército, existirían "fallas graves" en materia de inteligencia y contrainteligencia que, a su vez, ponen en riesgo la ejecución de los operativos de seguridad. Pero, para Córdova, el problema institucional data desde hace varios años.
Recordó que, en noviembre del 2021, se registró el sabotaje al radar de Montecristi, en Manabí. A esto, se suma que dos años más tarde, se detuvo a una red de 35 marinos que vendían información de inteligencia a grupos irregulares de Colombia y Esmeraldas, en Ecuador. Un caso más reciente, dijo, es el de noviembre del 2024 cuando un teniente coronel fue detenido mientras transportaba oro origen ilícito junto a 14 personas.
"Las FF.AA. no está conduciendo adecuadamente el proceso de depuración", dijo.
"Gobernanza híbrida"
Otro punto a considerar según Córdova, es el avance de organizaciones criminales vinculadas a la minería ilegal y su cooptación de instituciones estatales y locales. Consideró que, en Orellana y Sucumbíos, provincias que tendrían una influencia de grupos irregulares de Colombia, existiría una "gobernanza híbrida". Allí, explicó se identifican a instituciones formales del Estado que conviven u operan en complicidad con grupos armados paraestatales.
Córdova insistió en que, el panorama de seguridad y defensa del país apunta a una reforma del sistema de inteligencia que permita contrarrestar amenazas de grupos criminales, y al mismo tiempo, impida que información valiosa se filtre en favor de la economía ilícita.
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