La psicología aplicada a la medicina estética
Buscar la felicidad pasa por aceptarse, por sentirse bien consigo mismo y con otros. La condición estética siempre ha sido el factor preocupante en lo que se refiere a la convivencia consigo mismo y con los demás.
Antes las personas necesitaban adaptarse al modo como nacían, la genética determinaba su estereotipo; con la evolución de la ciencia médica y la cirugía plástica, existe la posibilidad de la selección, sintiéndose capaz de modificar lo que les desagrada de su cuerpo y ser autores de su propia imagen.
Es importante entender que la mayoría de las personas se motiva a realizar un procedimiento estético para cambiar no solo por su apariencia externa, sino también por sus pensamientos y sentimientos acerca de sus cuerpos.
De acuerdo con Sarwer, médico autor de The Psycology of Cosmetic Surgery, existen cuatro elementos relacionados con los procedimientos estéticos esenciales para elaborar un concepto de imagen corporal: la realidad física, la percepción, la importancia de la apariencia y el grado de insatisfacción.
Realidad física de la apariencia: Algunos aspectos son casi universalmente aceptados como bonitos, así como grandes alteraciones de las normas no se consideran atractivas, aquí se refiere al entorno social de un individuo, que puede ser más susceptible a las diferencias y así sus sentimientos y pensamientos son influenciados.
Percepción de la apariencia: El aspecto perceptivo de la imagen corporal envuelve el mecanismo mental visual como el espacial. Aquí la persona puede tener una incongruencia entre cómo juzgar su propia apariencia y cómo es juzgada por otros.
Importancia de la apariencia: La imagen corporal ejerce un papel fundamental en la relación de la autoestima, esta relación es un proceso consiente que implica el grado de atención que se da a determinada apariencia autoconsciente como en la relación interpersonal. Se ha demostrado que los pacientes que se someten a cirugías plásticas mejoran mucho su autoestima.
Grado de satisfacción con su apariencia: la insatisfacción con la imagen corporal puede ser el principal factor motivador para que una persona busque ayuda médica para modificar su apariencia. La cuál puede variar desde un leve sentimiento hasta una aflicción que impida el funcionamiento normal de la persona.
Para que podamos buscar el equilibrio entre lo que deseo ser, cómo deseo que los otros me perciban y cómo me es posible cambiar, es necesario utilizar un buen sentido y ser capaz de verificar cuales son las prioridades y, a partir de ellas, elegir cuales cambios serán necesarios para alcanzar un mejor equilibrio físico y emocional.
Es fundamental diagnosticar el estado emocional en el que se encuentra el paciente al momento de la decisión de un procedimiento estético sea este mínimo invasivo o una cirugía plástica, prevaleciendo la coherencia en la toma de decisión.